La violencia vicaria mediante el daño a animales domésticos: una nueva dimensión que también deben atender las Policías Locales.
La reciente condena dictada en Las Palmas de Gran Canaria contra un hombre que acabó con la vida del cachorro de su pareja —arrojándolo por un desnivel— ha marcado un precedente jurídico de gran relevancia. Por primera vez, un tribunal consideró este ataque como violencia vicaria en el marco de la violencia de género, al entender que el agresor utilizó al animal como instrumento para dañar psicológicamente a la víctima.

La reciente condena dictada en Las Palmas de Gran Canaria contra un hombre que acabó con la vida del cachorro de su pareja —arrojándolo por un desnivel— ha marcado un precedente jurídico de gran relevancia. Por primera vez, un tribunal consideró este ataque como violencia vicaria en el marco de la violencia de género, al entender que el agresor utilizó al animal como instrumento para dañar psicológicamente a la víctima.
Este reconocimiento judicial pone de manifiesto una realidad que los cuerpos policiales observan desde hace años: el vínculo afectivo con los animales forma parte del entorno de protección y bienestar emocional de muchas víctimas, y su manipulación o agresión tiene un impacto directo en ellas.
La Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos (CoPPA) ha trasladado al Gobierno diversas enmiendas al Anteproyecto de Ley Orgánica sobre medidas en materia de violencia vicaria, con el objetivo de que el legislador incorpore expresamente estas conductas dentro del ámbito de la violencia de género.
Según esta entidad, es imprescindible que la ley reconozca la violencia ejercida a través de animales como modalidad específica de violencia vicaria, “instrumentalizada por el agresor para generar sometimiento emocional, incrementar el miedo y castigar a la víctima”. Las propuestas han sido elaboradas por un equipo multidisciplinar compuesto por juristas, psicólogas y expertas en violencia de género.
CoPPA subraya que la agresión o amenaza hacia animales convivientes no solo provoca temor por el bienestar del animal, sino que agrava el daño emocional de la víctima mediante la ruptura del vínculo afectivo y la pérdida de una figura de apoyo emocional. Los estudios citados por la entidad muestran que esta forma de violencia es frecuente en contextos de maltrato y constituye un indicador de riesgo que debe ser atendido por los cuerpos policiales.
En su informe Violencia de género: cuando se agrede a la víctima a través de sus animales, CoPPA analiza la correlación entre maltrato animal y violencia de género, proponiendo medidas de prevención y protección que faciliten a las víctimas la seguridad integral también en el entorno doméstico.
Propuestas normativas y protección integral
La organización plantea reformas en normativa penal, civil y procesal, incluida la Ley Orgánica 1/2004, el Código Penal y la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Entre las propuestas, destacan:
- Incorporar estadísticamente los casos en los que animales sean víctimas mortales o sufrieran daños en contexto de violencia de género.
- Ampliar las órdenes de protección para incluir a los animales convivientes, garantizando la custodia a la víctima y prohibiendo su utilización como herramienta de coacción.
- Introducir en la formación judicial la “perspectiva del maltrato animal en el ámbito familiar”, junto con la de género e infancia.
CoPPA recuerda que diversos países ya han integrado medidas similares en sus leyes de violencia doméstica, y sostiene que España debe alinearse con estas buenas prácticas internacionales.
Implicaciones para las Policías Locales
Las Policías Locales, por su cercanía y capacidad de detección temprana, son a menudo los primeros cuerpos en identificar señales de violencia vicaria a través de animales. La inclusión explícita de esta modalidad en la legislación proporcionaría herramientas más claras para:
- la valoración policial del riesgo,
- la adopción de medidas de protección,
- la recogida de pruebas, y
- la actuación coordinada de recursos sociales y judiciales.
La violencia vicaria a través del maltrato animal representa un reto emergente para la intervención policial y exige fortalecer la formación específica y los protocolos operativos para garantizar una respuesta eficaz y ajustada al marco legal.

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